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Mostrando entradas de septiembre, 2010

La llama: productor de imagenes, productor de imaginación

La llama de una vela [1] Gaston Bachelard 1884-1962 Entre todas las imágenes, las de la llama – tanto las ingenuas como las traviesas- llevan una señal de poesía. Todo soñador de llama es un poeta en potencia. Todo sueño ante la llama es un sueño de asombro. Todo soñador de llama está en estado de sueño originario. Este extrañamiento primero está enraizado con nuestro lejano pasado. Tenemos para la llama una natural admiración, diríamos: una admiración innata. La llama produce una acentuación de placer de ver más allá de lo siempre visto. Nos obliga a mirar. La llama nos convoca a ver por primera vez: tenemos mil recuerdos de ella, soñamos en ella toda la personalidad de una remota memoria, y sin embargo soñamos con ella como todo el mundo, nos recordamos como todo el mundo se recuerda – mientras, según una de las leyes más constantes del sueño ante la llama, el soñador vive en un pasado que ya no es únicamente el suyo, en el pasado de los primeros fuegos del mundo-. El pasado de l...